Nilda Campostrini
Mansillense, actualmente vive en la ciudad de Gualeguay.
Escritora, poeta, docente, exploradora del mundo interior…, luchadora tenaz e incansable…
PAZ
Oh paz inquebrantable
Que me transformas el rostro
Que me acaricias el alma
Y me acompañas celosa
Cuando algún temor me asalta.
Serenidad impetuosa
De los que creciendo marchan
Que te buscan y se elevan
Con tu reposo y tu calma.
Eres Dios de los que esperan
Esa quietud anhelada
Perfección en la existencia
Bien
Amor
Una palabra.
(Hacia la Quietud, 1992)
SILENCIO
Voz de mágico sonido
Que aumenta las vivencias del sentido
Y las cenizas vuelven a ser llamas.
La ansiedad te quebrantó silencio
Y por buscar en la palabra tu aposento
Perdí la inmensidad que el sueño hoy clama.
Partículas de fibras he sembrado
Por no callar mi interior he despojado
Y en la quietud de tu regreso encuentro calma.
(Hacia la Quietud, 1992)
DE UNA PLEGARIA
No había techo en esa tarde
Un relámpago estallaba
El cielo estaba de duelo
Y los cipreses lloraban.
Caminé muy lentamente
Entre las tumbas heladas
Casa frívolas vacías
Flores secas tiempo nada.
Una lápida pequeña
De un niño que a edad temprana
Abandonara este mundo
Me sumergió en la plegaria
-Por qué apagas la sonrisa
De un niño Señor y aguardas
El atropello del hombre
Que destruye hiere y mata.
Yo sé que en el más allá
Está solo la esperanza
Pero en la tierra Señor
La injusticia me acobarda.
Que se forje en esta vida
La grandeza de las almas
Corto plazo la de un niño
Cuánto dolor que me causa.
(Hacia la Quietud, 1992)
LA LUZ ESPERA
Los blancos ovillados
Atestiguan el milagro de la esencia.
Dos inventos de Dios
Son las manos que desatan las hileras
De un tejido apuntillado de caricias.
Una lámpara abrevia las medidas
En la inconsciencia inocente las abrevia.
Sólo el capullo de un afán
Adivina la dolencia de la luz
Que paradójicamente se apoya en el amor
Y espera hasta mañana
Por la plenitud.
(Por la Escala, 1993)