LATORRE RUBEN DARIO

Rubén Darío Latorre
Nacido en Gobernador Mansilla, Entre Ríos.
Docente. Artista dedicado a la Plástica, la Danza, lo Artesanal...
Holista.
Actualmente Director del Salón "Añoranzas"




AÑO NUEVO

El otoño cubre la hierba con un manto de oro
Crujiente de historias, de ciclos y cosechas.
El invierno hiela sueños
En telarañas salpicadas de vientos y escarchas.
La primavera honra con colores de vida
El despertar de existencias aletargadas.
El verano calcina el espacio
En la tierra que se agrieta buscando escaparse
En un alivio sediento.
Y allí, al sur, en medio de esta huida…
Se abre un punto nuevo
Para un diferente desandar de pasos infinitos e inciertos.

Algunos, brindan con las copas de la alegría
Y en otros huelga, la sonrisa
Devorada de ausencias…

Se desgrana el tiempo…
En calendarios amarillos,
Como ásperas hojas ocres de libros viejos.
Se pasa el tiempo…
Como suaves hojas blancas de libros de presente.
Con escrituras que expresan y dicen
En trazos de puño seguro
Y otras veces,
En rasgos de miedo y entumecimiento convulso
De plegadas existencias…
O, con palabras fraguadas
En tintas tenues de futuros volátiles e indeterminados…

Sólo un instante de inflexión
Entre la oscuridad y la luz
Entre el ayer y el mañana,
Eterno y único presente…

Solo un instante
De fugacidad trémula, destellante, cegadora
Y lo que fue será, simplemente siendo…
Porque es.

Solo un solo deseo,
Que solo el Alma conoce
Para este Año Nuevo….




OTOÑO

Un concierto de murmullos tibios
Lentamente deja de serlo
El cielo cubriéndose la cara a manos de nubes
Derrama sus lágrimas de lloviznas tenues.
Y en ese desgranar de tiempos
Los árboles entregan sus hojas al viento…
La grama se pierde
Bajo un manto de ocre crujiente
Y los pasos renuncian al silencio
Para perderse en crocantes olvidos…
Por entre las persianas y rejas
La brisa apurada en horas
Se enreda en nostalgias
Mientras se cuela, también,
Por entre los intersticios del Alma.
Franquea el Otoño
Su túnel con destellos de oro y sepia
Dejando atrás soles y mares embravecidos
Para conducirse a planicies de soledades gélidas.
La transición huele a mieles y frutas maduras
Envueltas en húmedas brumas.
La transición es un camino en cuyos extremos
Señorean el calor o el frío,
El movimiento o la quietud...
De allí venimos, y para allá continuamos
En severo duelo de desapego y desprendimiento
Por no poder cargar
Lo que no es nuestro,
Lo que no es verdadero…
Porque la esencia no se carga
Se lleva íntima y divinamente con uno.
¿El problema?, es entenderlo…
El Otoño, es el preciso momento…






INVIERNO

Las calles languidecen solitarias
Los árboles, temblorosos, se exponen desguarnecidos
Sus sombras estiran el dibujo,
Mientras un silbido de vientos
Hiela las manos y los oídos.
Las veredas ociosas, sin travesías,
No escuchan los rumores de las vecinas
Sólo se las percibe
Asomarse detrás de las cortinas.
Un cielo profundamente gélido, se agita,
De nubes teñido
Con velos de humo
Por las chimeneas vertido…
El sol retacea su luz
Y deja para sí su abrigo…
Las noches se forjan tenebrosas, eternas
Y los días, más breves en bríos…
Las noches huelen húmedas y oscuras
A olvidos…
Las primeras luces del despertar
Arropan los claros
Con rígidos mantos
De escarchas de impasible cristal…
Los pájaros… se han ido…
Sus voces mudas, son sordinas impávidas.
El calor se circunscribe a los leños
De un hogar encendido,
A ruidos ahogados de ollas
En una lejana cocina
Envueltos en aromas de tibia infusión
De azúcar quemada, de naranjas aciduladas,
De platos que exhalan alivio…
El invierno se parece a un anciano
De pasos cansados y lentos…
Transita calmo, de puestas adentro…
El invierno es ese intervalo, que detiene el tiempo
Y, donde es conveniente mirarse a uno mismo
Donde se profieren las fuerzas para un nuevo momento…
El invierno es final, o, principio…
De alcanzar trascenderlo.
El Alma busca denodada el sosiego
En medio de un silencio que la aturde
El invierno aguarda callado
Que se despoje del miedo
Que la viste con un traje de gris y de frío…






PRIMAVERA

El sol despierta
Y con él la vida
Las manos de la brisa cálida
Levantan el manto
Tejido en escarchas
Que cubre la hierba
De desolación y ocre vestida.
En un rasgar y cerrar de los sentidos
Inadvertido, irreflexionado,
Escasamente insinuado
Se asoman apresurados
Los primeros verdes fibrosos.
En los árboles las yemas estallan
Los colores profundos e invisibles
Se transfiguran en flores
Que se mecen desbordantes
Al ir y venir de salpicados soplos
Que danzan desenfrenados.
El aire, deja su gélido paralizante
Y se plenifica de tibiezas suaves
Y aromas blandamente intensas.
El aire, deja su amarga soledad
Y se colma de afanado movimiento
Y de insectos de matices inusitados.
Los niños, los jóvenes, los ancianos
Emergen nuevamente en las calles
Envueltas de remozada alegría.
Se camina, se trota, se corre
Se desandan agitados los días.
La plaza, los bancos
Las ventanas, las esquinas
Son testigos de charlas, murmullos
Manos que se rozan, caricias, abrazos
Y besos sustraídos al descuido…
El sol despierta
Y con él la vida
La primavera es ese estado eterno
Al que el Alma aspira
Y la mente renuncia
Por circunstancias que la subyugan.
El sol despierta
En juventud, Amor, Energía
Más allá del tiempo
Que trasciende mundanas existencias.
El sol despierta
Simple e irrenunciablemente
En su ciclo divino

Mientras se enciende la vida…





VERANO

La noche percibe
Que es corto su tiempo de descanso,
Mientras el día se agota
Tras su larga andanza.
Las punzantes centellas del sol
Abrazan con exceso y desmesura
A la tierra que se enciende
En una siesta asfixiada
De chicharras iracundas
Que aturden el Alma cansada.
Casi imperceptibles y armoniosos
Los trigos se acunan
Cual mar de olas doradas
Mientras maduran su color al calor
Y son los maíces
Espigas barbadas
Reflejos de fuego
De lenguas soleadas…
La mañana camina a la pausa del mediodía
Los pasos se detienen extenuados
Ante lo áspero del aire
Que silenciosamente calcina.
La tarde se ensancha
Hacia un horizonte perdurable
Y la noche conforma el escaso alivio
De una brisa de sueño tenue.
El agua, que baña
Aunque caliente, fría
Enfría la limpia arena
Que desmaya a orillas del río...
Como flaquean los sauces
Cobijando amparo de sombras
Que para ellos son conos de olvidos…
La vida incendiada,
Por lapsos se marchita
Y luego, respira…
El tiempo se apura, porque su prisa se quema
Como quien se encuentra
Bajo el haz de su verdad…
El reflejo se vuelve incandescente
Y es el verano
El que deja al desnudo
La esencia del Ser…




UNA NADA MADURA

Ajustado en un vetusto sillón
Contra un muro descascarado y oscuro
A la sombra de su gorra
Raída de tiempo y caminos
Se dibujaban sus rasgos
Entre pliegues de mil aventuras corridas...

De mirada serena y algunas veces perdida
Pesaban sobre sus hombros
Historias, recuerdos,
Fragmentos existenciales, caídas…

Las mañanas, las tardes, las noches,
Todas eternas, de ausencia de olvido…
Las voces, las charlas, los gestos,
Todos lejanos, de pretéritos enmudecidos…

El alma aguardaba, quieta,
Con espantos de miedos,
Y silencios de frío…

Presintiendo la cercana partida
Prorrogaba beberse
Una nada madura…
Que madura procesos de despedida.

Sabía que llegaba,
Después de la noche temida,
Junto al sol de medio día
El momento de trascender
El umbral de la vida…



POSTER I

Una dulce tibieza otoñal
Envuelve y mece al Paso de Lezca
Los verdes oscilan al ámbar
Como el tiempo fluctúa
Entre turquesas de cielo
Los trinos de las aves
Discurren como el cantar
De las aguas arcillosas
Y todos,
Se funden en la umbría fresca.
Un ángel ha descendido
Y mil hadas danzan de alegría
El Alma se expande
Y la Paz en ella anida…




LA PAZ

La Paz es un estado del Alma.
Solo puede procurar Paz, quien vive la Paz en su interior, consigo mismo. Quien ha instalado la Paz para sí, la irradia, la proyecta, la contagia, ilumina con actitudes de concordia y armonía.
La Paz no se declama, se practica…
La Paz no se compra, se ofrece…
La Paz nos permite crecer como Seres Humanos y no degradarnos en la irracionalidad…
La Paz se estructura en los VALORES ESENCIALES…
Somos los artífices de la PAZ.